La tecnología de imagen digital ha pasado desde sus inicios por distintas fases de transición, en cuanto a la captura, al procesado y a la publicación de fotografías. Su primera fase en la sustitución de la película, consistió en la utilización de diversos tipos de sensores de captación de luz, colocados en el mismo emplazamiento por donde circulaban los ya muy poco utilizados carretes, es decir, el plano focal de las cámaras.
Por conveniencia de la industria fotográfica, las cámaras y objetivos mantuvieron sus mecanismos principales (objetivos, obturación, visor…), siendo la referencia de tamaño de captura los 24x36mm que se establecieron como estándar hace ya más de 80 años. Para recordar otras referencias, podemos mencionar que ese formato fue otra conveniente adaptación de la película cinematográfica de 35mm (un invento creado a finales del siglo XIX), con la intención de construir cámaras más ligeras y manejables que las existentes entonces con formatos de captura mayores.
Los primeros sensores no cubrían la totalidad del heredado formato 24×36, siendo necesaria una conversión relativa al área de referencia, llamada también factor de recorte. Una vez la tecnología hizo posible desarrollar sensores sin ese mencionado recorte, de forma poco rigurosa se denominaron sensores de formato completo o full frame, una definición hoy en día obsoleta puesto que existen sensores de mayor tamaño. Ha pasado mucho tiempo, y la evolución de la tecnología de imagen digital ha permitido diversificar los sistemas de captura, haciendo posible prescindir de los visores con espejo réflex, optimizando el rendimiento óptico y descubriendo nuevas funcionalidades. Estamos en la transición a los sistemas denominados como mirrorless (sin espejo), los visores electrónicos precisos y versátiles, los obturadores electrónicos y una nueva forma de abordar la captura de imagen.
Tras una larga trayectoria de 85 años y gran conocimiento en la industria de la imagen, Fujifilm comenzó en el año 2010 el desarrollo de cámaras de su Serie X, apostando por un tamaño de sensor de aproximadamente 16x23mm, también conocido como APS-C. Este formato de sensor, con sus excepcionales particularidades como la tecnología X-Trans, así como el desarrollo de una nueva montura y lentes Fujinon especialmente diseñadas para el nuevo conjunto, son consideradas por Fujifilm el perfecto equilibrio entre dimensiones, peso y manejabilidad de un equipo fotográfico. Cuanto mayor sea el sensor, y aunque la cámara pueda ser muy pequeña, es una cuestión física y óptica que los objetivos sean necesariamente más grandes y pesados para cubrir adecuadamente la superficie de captura, y en consecuencia, serán dispositivos más caros. El equilibrio entre calidad/precio/dimensiones del equipo son una prioridad para Fujifilm.
Esta reflexión no pretende concluir cuál es la mejor cámara o el mejor sensor, porque sencillamente no existe una única cámara ideal. El mejor equipo fotográfico es el que poder tener a mano en el momento preciso, capturando la imagen de forma correcta según nuestras necesidades, sin cargar ni invertir innecesariamente, nada más y nada menos.
La conveniencia de un sensor APS-C: Nada más y nada menos
Equilibrio
Cuanto mayor sea el sensor, mayores deberán serán los objetivos que cubran su superficie, y aún más si incrementa su luminosidad. El balance entre tamaño de sensor y lentes necesarias hace más ligero el conjunto, que en caso de teleobjetivos de larga distancia focal pueden ser grandes, pesados y caros. Un equipo completo APS-C puede suponer ahorrar varios kilos de peso y facilitar el transporte, además de una interesante diferencia en precio de compra.
©Kiko Arcas – Fujifilm X-H1 / Fujinon XF100-400mmF4.5-5.6 R LM OIS WR
Versatilidad
La incorporación de un sensor APS-C permite a la cámara afrontar retos tanto fotográficos como videográficos de calidad profesional. Su tamaño permite la utilización de objetivos más pequeños y ligeros que los necesarios para formatos de sensor mayores, y además coincide con el formato 35 estándar de video/cine. Unido a la tecnología mirrorless este tamaño de sensor abre multitud de posibilidades de expansión óptica para fotografía y video.
©Rafael Marrodán – Fujifilm X-T2 / Fujinon XF50-140mmF2.8 R LM OIS WR
Movilidad
Para valorar la practicidad de un sistema debemos contemplar no solo el cuerpo de cámara, sino también los objetivos que conforman la totalidad del equipo. Al disponer de un sensor adecuado para objetivos de peso, volumen y precio inferiores a los de tamaños de sensor mayores, un equipo APS-C es más fácil de transportar o puede incluir más componentes en el mismo volumen, peso y presupuesto de inversión.
©Pedro Etura – Fujifilm X-T1 / Fujinon XF35mmF2 R WR
Discreción
En determinadas disciplinas fotográficas es clave que la cámara pase desapercibida, y si no es así que no suponga un motivo de alteración de la naturalidad de la escena. Con un equipo APS-C podemos llevar un equipo fotográfico que pasa más desapercibido que una gran cámara, que siendo mayor podría intimidar a las personas o alterar la espontaneidad de una instantánea. En actividades periodísticas complicadas puede incluso suponer una cuestión de seguridad personal el hecho de pasar desapercibido.
©Pedro Etura – Fujifilm X-Pro2 / Fujinon XF23mmF2 R WR
Ligereza
Cuando viajamos o pasamos muchas horas trabajando, es fundamental que la bolsa fotográfica no altere la comodidad para realizar la actividad prioritaria, observar y fotografiar. La fatiga por cargar con el equipo reduce la creatividad y el tiempo útil, por lo tanto, disponer de un equipo APS-C con objetivos más pequeños y ligeros es una ventaja. Es más probable estar más tiempo caminando en busca de la imagen, o llegar más lejos, o poder llevar otras cosas necesarias para el trayecto.
©Paco Navarro – Fujifilm X-T2 / Fujinon XF23mmF1.4 R
3 comentarios
Me gusta. A menudo se nos centramos demasiado en la tecnología y poco en el arte. Claro que es más fácil discutir durante horas sobre un sensor, que pensar un minuto cómo llenarlo de contenido que merezca la pena. Este artículo contribuye a liberarnos de algunos lastres.
Yo era incondicional de cámaras discretas como las Leica de la serie M. En digital la calidad, discreción y versatilidad que me dio la X100 (y sus diferentes versiones) no me las dio ninguna otra cámara. Y mucho más silenciosa que mi serie LeicaM analógica. Y luego ya probé las X-Pro (también me fueron muy bien) y las XT (para sustituir a mis reflex en trabajos de más velocidad). No encuentro en el mercado mejores herramientas (los diales están donde siempre deben estar, son fáciles de manejar y uso hasta ISO de 3200 sin ningún problema e incluso a veces 6400 y los puedo usar sin dudarlo). Insisto: buenas herramientas (que es lo que tienen que ser).
De acuerdo, pienso igual, nikon 7500 18.140 vr