El mundo de la moda es extraño. Hay ciertos mitos que sin saber muy bien porque se quedan y terminan estableciéndose como reglas invisibles que al final todos tenemos que seguir en busca de ese sueño dorado que tenemos todos los fotógrafos en algún momento de nuestras carreras, especialmente en moda; Reconocimiento.
Tengo que confesar que cuando comencé en este mundo tan competitivo como es el de la fotografía de moda, era fervientemente creyente de uno de ellos. “Tienes que utilizar siempre Full Frame para la mayor calidad de imagen” Obviamente estaba equivocado. Recuerdo la primera vez que tuve una cámara Fujifilm en mis manos, fue la Fujifilm X-T1 y la verdad es que fue una autentica revelación. Su tamaño, su fiabilidad, su estética tan característica… pero aun más importante, su calidad de imagen. Y en ese momento quede rendido a la evidencia de que no todas esas reglas que yo estaba dando por hecho eran verdad. Después llegaría la oportunidad de utilizar la Fujifilm X-T2 y ese fue el punto que me ayudo a marcar la diferencia y sumergirme en un nuevo sistema que no ha parado de darme alegrías hasta la fecha.
He utilizado esta pequeña gran cámara en publicaciones con diferentes ediciones internacionales de Vogue, Harpers Bazaar, Elle, Número, Esquire, Forbes,… y los resultados han sido excepcionales. Ya no solo en fotografía, sino también en el campo del vídeo. Muchas veces es difícil creer que con una cámara tan pequeña se pueda llegar tan lejos y cubrir dos de los campos de la moda, y ya no solo eso, hacerlo de una manera sobresaliente.
Pero lo mejor sin lugar a dudas es la cultura de actualización constante que tiene la marca. Ya no solo para solucionar pequeños errores, sino para darte nuevas características como F- Log en cámara, 120fps, menús más grandes, diferentes ajustes de disparo, la compatibilidad con el software Capture One para realizar tethering con la cámara conectado al ordenador… y eso en una marca tan grande, la sensación de sentirte respaldado es una seguridad brutal.
Luego llegó la oportunidad de adquirir la que sin duda ha cambiado mi visión al hacer fotos: Fujifilm GFX 50S.
Siempre he escuchado que “la cámara no hace al fotógrafo”, y no podría estar más de acuerdo. Pero sin duda. la Fujifilm GFX 50S te ayuda a llegar a sitios donde antes solo podrías imaginar y eso acaba repercutiendo en la capacidad de hacer la foto que tenemos en la cabeza. Tener una cámara de medio formato, a un precio comedido, con una facilidad de uso y sobretodo, una calidad de imagen extrema. Jamás había visto una definición y una paleta de colores como la que te proporciona la Fujifilm GFX 50S, por no hablar de su capacidad de resolución dándote la oportunidad de hacer recortes de más del 100% manteniendo una calidad increíble.
Gran parte del éxito al cambiarme a Fujifilm viene dado no solo por sus grandes sistemas, sino por sus ópticas.
En mi Fujifilm X-T2 siempre le acompaña el maravilloso y minúsculo Fujinon XF35mm F2.0 y el Fujinon XF18-55mm F2.8-4. El primero es un obligatorio en foto de moda, que sería un equivalente a una focal de 50mm en FF, la focal más utilizada. Justo hace una semana tuve un shoot donde estuvo lloviendo constantemente y tanto la cámara como el objetivo acabaron empapados pero funcionando como el primer día. Y el segundo es un objetivo que siempre uso en vídeo por su eficiente estabilización, que me ayuda a tener planos más estables, y su construcción óptica. Que unido a la posibilidad de disparar a 4K me da la posibilidad de poder hacer trabajos profesionales con un equipo muy reducido.
Para la Fujifilm GFX 50S el Fujinon GF63mm F2.8 es, en mi opinión, la elección más lógica por tamaño, focal, calidad de imagen y precio. Pero siempre teniendo en mente otra de mis joyas como es el Fujinon GF100mm F2.0, una óptica que literalmente te transporta a otro nivel de calidad, detalle y resolución. Incluso disparando a máxima apertura las imágenes son nítidas y con una definición increíble.
Ahora con la perspectiva de estos años estoy cada día más convencido que no pude hacer mejor selección que moverme a un sistema que me da las herramientas para seguir desarrollando mi creatividad con total libertad, sin limitaciones de ningún tipo. Una nueva Revolución.