Confieso que me encanta callejear, salir de casa sin rumbo establecido y perderme. Dejarme sorprender por nuevos lugares o volver a los de siempre con una nueva mirada y por supuesto con mi cámara colgada del cuello. La fotografía de calle o streetphoto es una disciplina apasionante que debes hacer tuya: educar la mirada, anticiparte a las situaciones, infinita paciencia o increíble rapidez… fotografiar la calle es inmortalizar la vida y sus momentos únicos.
Como buena observadora patológica que soy me gusta pasar desapercibida, la discreción es fundamental para según qué escenas y la cámara Fujifilm X-T100 lo es: pequeña y discreta, pesa poco y su diseño retro enamora, es justo lo que necesitaba.
A veces cometemos pequeñas locuras como por ejemplo: ¿quién no ha esperado horas en una esquina a que pase alguien en bici? o ¿quién no ha perseguido a alguien con aspecto estrambótico durante un buen rato? Cuando la oportunidad se acerca sabes que no tienes mucho tiempo y debes reaccionar rápido. El momento decisivo solo se presenta una vez, conocer tu cámara es fundamental y lo que más me gusta de la cámara Fujifilm X-T100 es su rapidez de enfoque automático, fácil manejo gracias a sus tres diales y un menú rápido que te permite configurarla a tu gusto, además ha incorporado unos filtros creativos y simulación de película que puedes aplicar muy fácilmente y que son realmente adictivos.
Me gusta disparar en manual y así tener yo todo el control, pero cuando salgo a la calle normalmente suelo ajustar la cámara en modo prioridad de obturación así elijo la velocidad y mi Fujifilm X-T100 hace el resto ya que a veces la rapidez por inmortalizar ese momento único es fundamental.
Los robados son tentadores y apasionantes… adrenalina pura poder captar una expresión, una sonrisa o un beso. A veces la vergüenza me ha echado para atrás por el miedo aquel de que te “pillen” disparando la foto, pero con Fujifilm X-T100 y su pantalla LCD táctil articulada hasta 180° puedo captar el instante desde cualquier ángulo por difícil que sea y con el dedo situar el enfoque en cualquier zona… ¡ya no hay robado que se me resista!
Acaba mi paseo y después de perseguir gente, tirarme al suelo para hacer reflejos o colarme en algún que otro edificio modernista de mi ciudad termino con un montón de fotos que estoy deseando compartir en mis redes sociales. No pierdo tiempo, con la app Camera Remote de Fujifilm que tengo en mi móvil me conecto a la X-T100 y ¡voilà! como por arte de magia ya tengo mis fotos a punto para compartir. Todo fluye y me encanta. Ya estoy lista de nuevo, la calle me espera.