Este es el primer post de una serie de tres posts sobre las experiencias de Xavi Baragona, Leafhopper y Dilayla Romeo con la cámara Fujifilm X-T100.
Vivo un horizonte escrito de manera vertical. Camino los días llenando mi mochila más de experiencias que de lo material, así que no me prometas un mañana que mis ojos solo miran ahora.
Son muchos los km’s recorridos en busca de la incertidumbre como fotógrafo y sin saber dónde se encuentra mi meta, pero el día que aprendí a explicar que me encontraba perdido, entendí hacía donde tenía que volar.
En una de las vueltas a empezar, en un mundo tan lleno de tecnicismos, decidí crear mis propias especificaciones que todo material fotográfico debe tener para formar parte de mis aventuras.
En la insaciable búsqueda de la autenticidad, de contar lo incontable, de vivir grandes experiencias para disfrutar de pequeñas cosas, me encontré con la posibilidad de experimentar con la Fujifilm X-T100. Una cámara que no deja de sorprenderme y que cumple con mis especificaciones al 100%.
Una cámara portátil que en un mes ya me ha acompañado a varias ciudades, diversas montañas y que ha descubierto conmigo variopintos fondos marítimos. Una cámara que no pesa nada y que me ayuda a retroalimentar mis redes sociales.
Una cámara que no defrauda por su calidad de imagen sino que todo lo contrario, impresiona la mirada desde una primera foto.
Una cámara muy pequeña y bonita ideal para capturar un día a día, un eterno viaje o una primera vez, todo ello pudiendo utilizar los objetivos Fujinon que forman parte de mi mochila.
Todo lo expuesto tuve el placer de poderlo compartir en el evento organizado por Fujifilm y Lamono en FIU Barcelona. Compartí sonrisas con todos los presentes, risas con talento junto a Dylaila Romeo y leafhopperproject.
Desnudé una parte de mi entre un pequeño número de grandes personas. Olvidé en casa a mi zona de confort. Palabras que suenan a abrazos sobrevolaron un presente desconocido. Desconozco el futuro de lo vivido pero vivo con más ganas de seguir por mismo camino a la espera de poder compartir más experiencias al andar.