Conocí el trabajo de F2 Studio por Instagram hace ya algún tiempo, y he de confesar que me conquistaron al instante. Quizá porque me sentí reconocida en parte en esas fotografías infinitas, llenas de paisajes y naturalidad. No sabía que detrás de este estudio de fotografía de bodas, se escondía Javier Abad, una persona que aparte de ser de mi misma tierra, Asturias, comparte conmigo bastantes afinidades. Los dos somos amantes de la naturaleza, y aunque en diferentes estilos, apostamos siempre por una fotografía natural y desenfadada.
En Javier he encontrado a una persona llena de experiencia, que habla de la fotografía como una manera de mostrarse a sí mismo, pero a su vez, compartirse con los demás. He descubierto que lo más importante para el, es ofrecer las mejores experiencias posibles a todos sus clientes. Clientes que tocan a su puerta enamorados de la verdad que desprende su trabajo, porque creo que, si hay algo que lo caracteriza por encima de todo, tanto como persona y como profesional, es la tranquilidad y seguridad que desprende.
Conocerle en persona, ha sido un auténtico placer, y no solo porque hoy en día es difícil encontrar gente con la que puedas hablar tan abiertamente de todo, sino porque me ha vuelto a recordar, que lo más importante de vivir, es sentir verdadera pasión por lo que haces.
A: ¿Cómo llega la fotografía a tu vida?
J: Mi primera cámara era de mi padre, y un día la cogí y empecé a hacer fotos de los viajes que hacíamos a la nieve mis amigos y yo para hacer snowboard. Disparaba en carrete. Tenía 18 años y coincidió justo con el inicio en la universidad. Mis fotos de snow empezaron a gustar y algunas revistas se interesaron por ellas, así que empecé a publicar mi trabajo en ellas.
A: ¿Te acuerdas de la primera vez que viste unas fotos tuyas reveladas?
J: La verdad es que tengo todas las fotos que hice por aquella época, era muy curioso y lo tengo todo archivado, desde la primera foto que hice. De la época en carrete, las tengo todas en papel, y también guardo los negativos. Aquello era el maravilloso mundo del analógico, ahora con la era digital, guardas las fotos, pero de otra manera. Para mí la impresión es una parte muy importante de la fotografía, ver las imágenes en el ordenador no tiene el mismo valor que en papel, tocar y sentir la fotografía es muy importante, pero el problema que tenemos hoy en día, es que creamos demasiado contenido, y no podemos imprimirlo todo.
Lo que imprimo sobre todo son los álbumes de bodas, para mí es muy importante que los novios tengan álbumes de boda.
A: ¿Alguna vez vuelves a ver aquellas primeras fotos? ¿Crees que el valor de la fotografía se ha perdido con los años?
J: No, a no ser que tenga que revisarlas por alguna cuestión, aunque se que cada año van ganando valor, y que algún día volveré a ellas. Cuando trabajaba para las revistas de snow, usaba diapositivas, las guardo todas también.
Ahora es más complicado, ¿Cuántas fotos se hacen y cuantas fotos se pierden al día?, creo que eso afecta al valor de la fotografía, no hay valor porque se hacen muchísimas fotografías a cada segundo. Quizá porque casi siempre el valor que le damos a las cosas, es económico, valoras lo que te cuesta dinero, con el carrete, la fotografía costaba dinero, ahora con la era digital, ese valor se ha reducido al mínimo.
A: ¿Cómo se pasa de hacer fotos de snowboard a hacer fotos de pareja? Entiendo que el lazo de unión entre un estilo y otro, es la naturaleza…
J: Si, desde luego.
Con la llegada de la crisis, muchas de las revistas en las que publicaba, se vieron obligadas a cerrar, había acabado la carrera, y estaba trabajando como representante comercial de marcas. Fue un momento en el que me dije “¿Y ahora qué hago con mi vida?”. Había hecho la boda de mi hermana, y había investigado mucho sobre la fotografía de boda, sobre todo en Estados Unidos, donde se hacía un estilo totalmente diferente, más moderno y muy guay, y pensé en montar algo que juntara la fotografía de bodas y mi gran pasión: la naturaleza. Hice un plan de empresa y vi que tener un estudio físico no era viable, así que me planteé la opción de hacerlo a través de Internet. De repente descubrí que a las dos semanas hacían un congreso de fotografía de bodas en Madrid, y decidí ir. Aquello me abrió los ojos completamente, descubrí que había profesionales que se ganaban la vida sin necesidad de tener un estudio a pie de calle, y tomé la decisión de emprender mi propio negocio.
A: ¿Crees que te benefició la época en la que te ocurrió todo aquello?
J: Sí, sin duda. Me benefició en el sentido de que no había casi nadie haciendo este estilo de fotos por aquel entonces.
A: ¿De dónde surge el nombre de F2 Studio?
J: Es curioso, la apertura de la cámara, un F2, y porque todo empezó con Jose, un amigo, y éramos dos.
A: La naturaleza es muy importante para ti, y por lo que he visto, eres muy responsable con cuidar el medio ambiente.
J: Desde hace un año y medio me he vuelto muy responsable con el tema de los plásticos, y también ahora con la alimentación, trato de comer muy poca carne debido al grabe daño que está haciendo la ganadería al medio ambiente. Con los años me he dado cuenta de que mi vida, gira en torno a la naturaleza, es algo que siempre se mantiene constante, pase lo que pase y si queremos que siga existiendo tenemos que tomar medidas, empezando por mi mismo.
A: ¿Crees que podrías vivir en plena naturaleza?
J: Es algo que me cuestiono mucho, creo que si pero nunca lo he hecho. Soy una persona muy social, me gusta hablar, compartir momentos. Viviendo en la naturaleza, ganarías por un lado la tranquilidad, y el contacto con uno mismo, pero también perderías un poco esa socialización que mola. Otra cosa que hay que plantearse es Internet, subir mis galerías a la nube desde un lugar con mala conexión, sería mas complicado.
A: ¿Has tenido alguna crisis con las redes sociales?
J: El año pasado tuve un periodo de reflexión bastante serio. Me costaba mucho actualizar, pero al final tuve que aceptar que es parte del trabajo, es parte de mi empresa. Ahora le dedico un tiempo al día, como si fuera una tarea más que tengo que hacer. Creo que ahora lo llevo mucho mejor.
A: En medio de esta pasión por la naturaleza y la fotografía natural, ¿Cómo descubres Fujifilm?
J: Fue de una manera muy sencilla. Recuerdo que acabé la temporada de 2014 muy cansado, normalmente empiezas el año muy motivado, pero según avanzan los meses, la creatividad y la energía, bajan, y cuando acabas la temporada es como que necesitas desconectar y renovarte. Coincidió justo con la salida de la cámara Fujifilm X-T1, y me llamó mucho la atención, sentí que necesitaba hacer algo nuevo, y gracias a un amigo que tenía, me pusieron en contacto con Fujifilm España.
Con las bodas había hecho ya bastantes cosas, y ganado algunos premios, así que me dejaron la cámara para probarla. Me fui a Estados Unidos y me pasé un mes haciendo fotos con Fujifilm X-T1, y cuando volví, decidí cambiar todo el equipo y pasarme definitivamente a Fujifilm. Empecé la temporada de bodas de 2015 fotografiando con esa cámara, aquel fue un año muy bueno, hice muy buenas fotos, al ser una cámara que tenía algunas limitaciones, aprendí a tomarme más despacio la fotografía, tenía que pensar más, encuadrar más, pero las ventajas para mí, eran abismales. En las bodas vas a tope, y cuanto mejor dispares las fotos en cámara, más tiempo te ahorras después en la edición.
A: ¿Y cómo has acabado siendo embajador de Fujifilm? ¿Qué ventajas te supone?
J: Eso fue después. Me lo propusieron ellos. Me siento parte de una familia. Conozco a todas las personas que trabajan en Fujifilm de la sección de foto y son personas maravillosas. En general todo el equipo de Fujifilm España que he tenido las suerte de conocer son gente muy maja y están siempre predispuestos a que les propongas cosas, y a ayudarte. En 2016, el año que me hice nombraron X-Photographer tuve la suerte de conocer a gran parte del equipo internacional, conocí al chico que diseñó la primera cámara de la serie X, Fujifilm X100, y es una persona súper humilde, súper normal. Ves la pasión con la que ellos desarrollan cada producto, todas las personas que trabajan para Fujifilm, hacen fotos, es una política de la empresa, de esa manera, todos prueban las cámaras que están desarrollando. Me parece una filosofía muy buena. Estoy encantado de ser parte de ellos.
A: ¿Qué ventajas crees que tiene Fujifilm frente a otras marcas?
J: Como decía antes, empecé a usar Fujifilm porque cuando probé las cámaras vi que encajaban muy bien conmigo, tenían todo lo que yo buscaba en una cámara. El obturador electrónico, poder trabajar con toda la información en pantalla, el peso tan ligero de las cámaras… al final los fotógrafos de bodas estamos 13 horas con dos cámaras, lentes… si puedo estar con menos de la mitad del peso, voy a poder trabajar mucho mejor.
Cuando me voy a la montaña pasa un poco lo mismo, son cuestiones prácticas que para mi acaban siendo esenciales.
A: ¿Qué desventajas encuentras frente a otras marcas?
J: Realmente no hay nada que no me permita hacer fotos como yo quiero. La profundidad de campo no es lo mismo que un full frame, pero para mí eso no es tan importante. Personalmente, me encantan los colores de Fujifilm.
A: ¿Crees que es necesario renovar el equipo tan de seguido como lo hacen muchos fotógrafos?
J: Para mi no.
Si que es verdad que hablando de Fujifilm, cuando de la cámara Fujifilm X-T1, pasamos a Fujifilm X-T2, ahí si hubo un cambio abismal. En ese caso, lo vi muy necesario. Sin embargo si comparamos X-T2 con X-T3, lógicamente la cámara Fujifilm X-T3 es mejor cámara, tiene mejor iso, mejor enfoque y un mejor procesador, pero podría seguir fotografiando con X-T2.
A: Para ti, ¿qué crees que es lo mejor de la fotografía?
J: Creo que los recuerdos. El poder de la fotografía es poder recordar los momentos y cada vez que haces fotos, creas nuevos recuerdos que se quedan para siempre.
A: ¿Te imaginas haciendo fotos el resto de tu vida?
J: Creo que sí. La fotografía está dentro de mí, nunca sabes lo que puede pasar, pero la cámara siempre va conmigo. Cuando voy al monte, cuando voy de viaje, cuando estoy fuera de mi casa, quiero crear esos recuerdos de las cosas que vivo. También hay que saber disfrutar de las cosas que ocurren, dejar a veces la cámara un poco de lado. Es un proceso que me ha costado bastante, pero he aprendido a hacer la foto, y a disfrutar a su vez del momento.
A: ¿Dirías que la fotografía es tu profesión o un estilo de vida?
J: Uf, que pregunta esa.
La fotografía llegó a mi vida mucho antes de que fuera mi profesión, y es parte de mi vida, no sé si un estilo de vida, pero es mi pasión, y puedo estar hablando horas y horas de ello. Creo que no me veo de otra forma, sé que siempre estará ahí.
A: ¿Qué es lo que más te gusta de hacer bodas?
J: La gente. Estás fotografiando un día muy importante para una pareja, que además está rodeada de las personas que son fundamentales en sus vidas. Nuestra responsabilidad es hacer fotos de eso, y en ese proceso, conoces gente maravillosa, tanto las parejas como los invitados, aprendes mucho personalmente. Muchos de mis amigos hoy en día, son fotógrafos de bodas, y eso ha sido gracias a este oficio.
A: La mayoría de tus bodas, son fuera de Asturias ¿Te cansa viajar tanto?
J: No, la verdad es que me gusta, lo disfruto mucho. Lleva mucho tiempo y a veces cuando se juntan varios viajes, puede ser duro, pero me encanta. Me permite conocer sitios y personas diferentes.
A: Casi todo tu trabajo es en color, ¿Cómo decides qué foto editar en blanco y negro?
J: El blanco y negro lo suelo utilizar para momentos, emociones… pero mis paisajes creo que tienen que ser en color. Normalmente es por la luz, hay un tipo de luz que me gusta para blanco y negro. Últimamente intento que al menos el 10 por 100 de las fotos que entrego, sean en blanco y negro.
A: ¿Qué parte dirías que es la que más te gusta fotografiar en una boda?
J: Antes, la sesión de fotos con los novios, era lo que más me gustaba, pero creo que ahora me quedo con los preparativos, suelen dar momentos muy íntimos entre la madre y la novia, aunque depende mucho de la boda. Cada boda es un mundo, algo único. Es muy difícil generalizar, hay veces que te emocionas tú mismo, que sientes por dentro lo que está ocurriendo en la ceremonia, y esa sensación, es algo indescriptible.
El X-Photographer Javier Abad fotografiado por Alba García
Selección de fotografías de Javier Abad