Mi pasión por la fotografía empezó en mi época de modelo en la que devoraba revistas de moda y me iba directamente a las editoriales para ver, no la ropa ni las tendencias, sino la foto en sí, la actitud de la modelo, los colores o tipo de b/n que utilizaban, la composición, la luz y hacer seguimiento de fotógrafos que me encantaban y me siguen fascinando como Peter Lindbergh, Mario Sorrenti, Annie Leivobitz, Avedon y en España Ferrater, Outumuro, Paco Navarro y Bela Adler y Salvador Fresneda.
No empecé a hacer fotos hasta bastante más tarde cuando me iba con amigas modelos de viaje y nos hacíamos lo que llamábamos “Fashion Tourist”, fotos las unas a las otras tipo moda en diferentes lugares, en el que nuestro objetivo no iba más allá que el de pasar un buen rato. Pero poco a poco, me di cuenta que estar detrás de la cámara me entusiasmaba, me enriquecía personalmente, me motivaba y estaba siempre deseando ver el resultado de la última sesión.
Actualmente trabajo con modelos y actores. Fundamentalmente lo que hago es retrato. Quizá porque soy la tercera de cuatro hermanas, sobre todo fotografío o me interesa más fotografiar a mujeres, tratando de que expresen sensaciones, emociones, buscando una estética cinematográfica, a veces atemporal.
Mi primer contacto con Fujifilm es bastante reciente y casual. Descubrí en Instragram el trabajo de una fotógrafa que me gusta mucho y me inspira que se llama Kat Irlin. En una entrevista hablaba de la cámara que utilizaba, una Fujifilm X-E1 y posteriormente una Fujifilm X-T1. Empecé a leer sobre Fujifilm y ver fotos de fotógrafos que trabajaban con estas cámaras. Ví que Paco Navarro, fotógrafo al que admiro desde hace mucho tiempo y con el que trabajé de modelo, era casualmente embajador de la marca y daba una charla en Madrid. Allí me enamoré de estas cámaras, de su diseño, su tamaño y sus posibilidades.
Últimamente estaba trabajando con otra marca y para viajes o calle echaba en falta una cámara más pequeña y ligera, parecida a la Lumix que utilizaba cuando me iba con mis amigas, pero más profesional y con más prestaciones. Me compré una Fujifilm X-T1 con un objetivo Fujinon XF35 mm F1.4 en un principio. Luego añadí un Fujinon XF56 mm F1.2 que me vuelve loca y hace poco un macro Fujinon XF60 mm F2.4 que es impresionante. Casi siempre trabajo con luz natural y esta cámara con estas lentes consiguen una suavidad y textura muy especiales en las pieles, una profundidad de campo muy suave, recoge la luz de una forma muy bonita y natural, tanto la luz ambiente en interiores como exteriores con poca luz. Con Fujifilm X-T1 apenas utilizo trípode y eso hace mucho más fácil la movilidad alrededor del actor o actriz, así como la cercanía, con lo que se consigue una comunicación más natural.
Confieso que no soy nada técnica y todo lo que he aprendido en la fotografía ha sido de una forma autodidacta y a base de mirar mucha fotografía de todo tipo, pero esta cámara me resulta muy intuitiva y fácil de utilizar. Cabe perfectamente en un bolso o mochila pequeña para llevarla en todo momento, incluso con algún objetivo extra. Y los resultados, me sorprenden siempre. La calidad no está reñida con el tamaño ni el peso, y tanto una cosa como la otra, son importantes, al menos para mí.
Ya le estoy echando el ojo a otras lentes, y es que con la Serie X hay que tener mucho cuidado porque crea bastante adicción 🙂