Placer es lo que siento cuando tengo una Fujifilm entre mis manos, y calidad es lo que me da el resultado de disparar con una de estas bestias.
Todo comenzó hace 15 años, cuando mi padre me llevo a un evento de skate en San Sebastian. Me gustaban mucho los deportes extremos, pero ese día lo que me llamo la atención fueron los fotógrafos. En ese momento supe que lo que quería hacer cuando fuera mayor sería ser uno de ellos, poder seguir a los profesionales y ver los campeonatos desde dentro.
Ese sueño se convirtió en una misión y esa misión en un objetivo.
Actualmente estoy trabajando con profesionales del sector del snowboard y el esquí y con sus patrocinadores.
Recuerdo la primera cámara que me regalo mi padre. Era una cámara de cintas mini dv y con ella comencé a grabar y editar pequeños proyectos de viajes con mis amigos surfeando a lo largo de la costa vasca. Al cabo de los años las costas se quedaron pequeñas y decidí lanzarme a las montañas en busca de nuevas aventuras. Desde pequeño la montaña ha sido una de mis pasiones y a día de hoy sigo con la misma ilusión por poder recorrer los rincones del Valle de Tena, no dejando nunca atrás los maravillosos días de verano con mi cámara tanto desde el agua como desde la orilla.
Hace ya 2 años que trabajo con Fujifilm X. Todo vino a raíz de mi anterior equipo, tenía una cámara de vídeo pesada y grande y una DSLR para fotos. Era un material muy pesado e incomodo para transportar en cada viaje, por eso decidí cambiarme de equipo y apostar por una nueva era que estaba llegando al mercado, las cámaras sin espejo. Dí con un amigo que tenía una X-T1 y nada más tenerla en las manos, ver los diales, el tamaño, peso y aspecto analógico, supe que Fujfilm me acompañaría en mis aventuras.
Me puse a buscar y la encontré: Fujifilm X-T2. Tenia todo cuanto necesitaba, un mínimo de 60fps en 1920×1080 para mis vídeos de acción y ademas tenia una ráfaga de 14fps con el boostgrip, lo cual era perfecto para las fotos deportivas.
La apuesta por Fujifilm fue todo un acierto, no me tenía que preocupar si la cámara se me mojaba con la nieve, las lentes y la cámara están selladas contra las inclemencias del tiempo, lo cual era imprescindible para mi trabajo. Esto me llevó a trabajar con pasión y una gran comodidad para poder desarrollar mi creatividad sin limites con el máximo confort.
El año pasado subí un escalón con la adquisición de la X-H1, la cual disponía de estabilizador interno, perfil de color ETERNA, el cual adoraba y sabía que lo usaría para gran parte de mis proyectos. Al mismo tiempo tendría la disponibilidad de trabajar con la curva logarítmica de Fujifilm, FLOG.
A día de hoy sigo disfrutando con mi equipo Fujifilm, y con un ojo en sus novedades para los próximos meses.