Viajar siempre es bueno, y si además lo haces con buena compañía es mucho mejor. Desde pequeño me he sentido atraído por Japón y su cultura, así que no dudé ni un momento en visitar este país cuando mi pareja me propuso realizar un “gran” viaje este año. Imaginaros la ilusión, al fin, a mis 41 años, visitaría el país nipón y quería disfrutarlo al máximo. Desde hace diez años soy cámara en una televisión local y los últimos 4 he realizado proyectos de fotografía documental y retratos principalmente. La fotografía me sirve para experimentar y disfrutar de una mirada más personal y no tan descriptiva como se exige a un cámara de televisión que se pasa el día realizando piezas audiovisuales para los informativos.
En la búsqueda de esta mirada personal es dónde entran las cámaras Fujifilm y su reducido tamaño. Si en mi día a día voy cargado con todo el equipo de vídeo, el trípode, etc., cuando fotografío no quiero renunciar a la calidad pero sí me apetece llevar menos peso, mucho menos peso. La familia X100 siempre me han gustado, y ya desde el primer día me interesé por la primera Fujifilm X100 y ahora estoy encantado con mi Fujifilm X100F negra. Es bonita, pequeña, no pesa y la calidad es más que suficiente.
Fotográficamente hablando, viajé a Japón sólo con Fujifilm X100F y una batería extra, no necesité nada más. Confieso que en las primeras horas en este país me volví loco realizando fotos a todo lo que se movía, estaba hiperestimulado con tantos impactos visuales. Y también pasaba factura la autoexigencia conmigo mismo, estaba en Japón y quería volver con buenas fotos. Esta locura duró poco, enseguida vi que eso no podía ser, que al final no disfrutaría del viaje ni haría buenas fotos si seguía tan estresado. Decidí relajarme por completo, al fin y al cabo estaba de vacaciones y nadie estaba esperándome para criticar mis fotos, lo único que debía hacer era pasármelo bien.
Sólo me pedí dos cosas, llevar la cámara colgada en el cuello todo el día y disfrutar haciendo fotos. La X100F fue mi aliada perfecta durante los 13 días que visité gran parte del país. Desde que salía del hotel hasta que entraba en él, la cámara siempre colgada y a punto para disfrutar. El Fujinon XF23mm que lleva montado (35 en formato completo), para mi, es la focal perfecta para la fotografía de calle o viajes, puedes realizar todo tipo de imágenes, desde un paisaje hasta un retrato.
Sumado a lo desapercibido que pasas con esta cámara, no puedo estar más contento.
Siempre dicen que el equipo no es importante para hacer buenas fotos, y en gran parte es verdad, pero sí creo que el equipo que llevas marca el tipo de imágenes que puedes hacer y el proyecto que tengas en mente. Al final, me ha sido tremendamente útil llevar una cámara todo el día conmigo. Es verdad que un objetivo fijo tiene sus limitaciones, pero siempre es mejor una buena cámara en la mano que el mejor de los mejores materiales fotográficos en el hotel porque da pereza cargar con ellos en las largas jornadas como turista. Sin duda alguna, estoy más que satisfecho de las fotografías realizadas durante el viaje y volveré a repetir en futuras ocasiones.
En definitiva, gracias a la comodidad del equipo y el pasármelo bien fotografiando he podido disfrutar de este viaje con mi pareja, de la cultura y hospitalidad japonesa y también de la fotografía (¡en mayúsculas!).
1 comentario
buenos dias, gracias porr la información, me ha servido mucho.Dejo mi like.
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la verdad que el articulo en sí esta muy bien optimizado