Los últimos glaciares

El hielo y el frío son dos de los elementos de la naturaleza que más me apasionan y me ha gustado vivir de cerca desde hace tiempo.

Por mi trabajo como fotógrafo y guía de localizaciones, he tenido la suerte de conocer de manera continuada y recorrer desde hace años, destinos tan fascinantes como Islandia, en donde el once por ciento de su superficie total son glaciares, y aunque viajo varias veces al año al país, el invierno es mi época favorita. Aun así no es el destino más frío al que me desplazo, Eslovenia en invierno o mi vecina, Teruel, con rincones cómo, Gallocanta tienen temperaturas incluso más bajas que Islandia.

Este verano tocaba descubrir una localización nueva, las islas Svalbard, al norte de Noruega. Una travesía soñada y en velero con una duración de siete días a bordo de un barco equipado y con  veintiún metros de eslora y casco de acero. Un sueño hecho realidad y que había tardado en cuadrar en mi agenda casi dos años, pero que finalmente me ofrecía la  oportunidad de descubrir un entorno sorprendente navegando por los fiordos del noroeste de Svalbard para seguir realizando archivo de fotografía y vídeo de los hielos, en esta ocasión aproximándose a las morrenas de sus glaciares como nunca lo había hecho.

Mi experiencia con equipos Fujifilm desde hace años ha sido siempre muy positiva y a pesar de trabajar con otros modelos de marcas para diferentes trabajos dependiendo del cometido final del proyecto, siempre la fiabilidad, el tamaño y peso de las cámaras ha sido una de las prioridades, también con cámaras de acción y aéreas con drones, aunque también creo vital, las características y versatilidad de un mismo equipo para realizar el máximo de trabajo con él.

En ésta ocasión y por el tipo de tomas que quería hacer, contaba con la cámara Fujifilm X-T3 y dos objetivos estabilizados, un gran angular Fujinon XF10-24mm y Fujinon XF100-400mm. Para el vídeo principalmente uso un filtro de densidad neutra variable que me ayuda a bajar la velocidad de obturación al doble del framerate que grabo, y en ésta ocasión al estar siempre en movimiento por el oleaje, elegí la grabación FHD 16:9 en alta velocidad a 120p 4x y 5x que ofrece el modelo. Ésto me permite la grabación a pulso de secuencias cortas en movimiento sin uso de un gimbal o estabilizador externo con el objetivo angular. De este modo grabo mucho más ligero y así todas las secuencias son de menos de diez segundos a cámara lenta o slow motion. Luego en postproducción hay suficiente material para seleccionar los clips buenos. Me ahorra tiempo de postproducción y  peso en realización con una calidad suficiente para Vimeo y YouTube.

A pesar de tener mucha suerte con el estado de la mar y navegar casi las trescientas millas entre fiordos, el movimiento del oleaje y vaivén del barco en vídeo se nota mucho. Si además usas distancias focales largas de 300mm a 400mm ese movimiento es mayor. Mi gimbal no aguanta un objetivo así. Por eso hay dos formas de mitigar ese movimiento, sin trípode durante la realización, apoyándote directamente en el barco, a estribor o babor y seguir el movimiento e ir contrarrestando con tu mano el objetivo en vertical, arriba y abajo suavemente. Al principio cuesta pero luego te acostumbras. Cuánto más cerca de popa, o la mitad posterior del barco, menor es el movimiento aunque siempre dependes del viento y corrientes que forman el oleaje. Es una cuestión de práctica y paciencia. La otra manera de estabilización es en postproducción, que puedes añadir a posteriori, pero en 4k, ya que en FULL HD estás mucho más limitado de resolución. Todo depende del medio al que está destinado el vídeo final.

En cuanto al perfil de grabación que uso normalmente para vídeo en 4K con la cámara Fujifilm X-T3 es F-log con hasta 11,2 EV de rango dinámico, lo más parecido al RAW y en esta ocasión por las condiciones de luz y tipo de planos la simulación que usé fue el Eterna/Cine, que aunque ofrece menos rango, 9EV, tenía un equilibrio suficiente en sombras y luces para poder aprovechar en el tipo de grabación 1080 Full HD en alta velocidad. El formato de compresión usado en el viaje fue Long GOP con una tasa de transferencia de 200 Mbps y 10bits 4:2:0 en H.265/HEVC para mayor compresión. Aun así la grabación en vídeo a 200Mb/s ocupa mucho espacio pero mucho menos que en 4K/60 y a diario se hacían backups para salvaguardar cualquier imprevisto posterior.

Algo que creo importante en este aspecto, si no se graba directamente por HDMI en un grabador externo, la única opción para 10 bits 4:2:2 , es usar para almacenamiento interno tarjetas SDXC USH-II preferiblemente de 300MB/s (U3) sino algunas secuencias más largas, se cortan o dan error de escritura. Con varias de 95MB/s me paso al final de la travesía en algunas ocasiones grabando tanto en 4K como en FULL HD en alta velocidad 120p 5x cuando había llenado el resto de tarjetas. La calidad y resultado con 64 veces más color de los 10bits que con 8bits tiene ese precio.

En general y como cualquier fotógrafo de paisajes gélidos, la fiabilidad y resistencia de los equipos Fujifilm en entornos fríos siempre ha sido un motivo de despreocupación y seguridad, tanto en proyectos de vídeo como fotografía. Aquí en Svalbard las condiciones fueron más bien normales, ni frío ni calor, durante nueve días a temperatura media de 0°, unos días de lluvia, otros sol, nieve, nieblas y también vientos suaves que a lo sumo nos entumecía  la nariz.

Una vez más vuelvo muy satisfecho del resultado durante la realización de la grabación de casi 590GB de vídeo y un millar de fotografías, con la calidad y ejecución del equipo Fujifilm X-T3 y aunque todavía sin tiempo apenas para una pequeña selección de fotografías y un breve vídeo de la expedición de recuerdo para los participantes y acompañantes de la tripulación en mi paso por éste nuevo destino, que ya está añadido como viaje fotográfico a nuestro calendario para futuras ocasiones aquí hay una muestra de todo ello, en dónde una imagen vale más que mil palabras que aquí he escrito.

Chavi Nandez  | chavinandez.com

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