Me siento fotógrafa desde que tengo uso de razón. Dentro de mis bienes más preciados tengo el orgullo de poseer miles de fotografías del paso de mis días. Si bien, profesionalmente hace casi 3 años que me dedico a ello, sobre todo en reportaje social.
Convertir mi pasión en mi profesión ha sido un sueño que fue creciendo gracias a mi formación e inquietud al descubrir fotógrafos de renombre y su trabajo. Tengo muchas inspiraciones sobre todo de fotógrafos italianos, quizás al considerarme una enamorada de esa tierra, de sus paisajes, arquitectura y de su luz.
Soy una gran defensora de la fotografía impresa, ya que en mis inicios mientras cursaba diseño gráfico pude experimentar la emoción de contemplar cómo se creaba una imagen en papel a partir de una cámara estenopeica realizada de forma totalmente manual.
Mi equipo fotográfico
Mi primera cámara Fujifilm fue el modelo X-T10, el cual sigo utilizando, ya que con un pequeño objetivo Fujinon XF35mmF2 R WR puedo llevar siempre conmigo gracias a sus pequeñas dimensiones. Esta cámara ha recibido multitud de piropos cada vez que la llevo por su diseño retro, así que siempre será considerada una de mis joyas. Para mi uso profesional cuento con una cámara Fujifilm X-T2 capaz de soportar 12 horas de disparos constantes en una boda y siempre a la altura de las circunstancias.
Soy una gran amante de la fotografía angular, de las líneas rectas y de la simetría. Me gusta estudiar la composición antes de la toma y con mi objetivo gran angular Fujinon XF10-24mmF4 R OIS puedo captar la magnitud de fondos que me encuentro y que no quiero que queden en un segundo plano. Los objetivos fijos de gran luminosidad como el Fujinon XF56mm F1.2 son otro de mis puntos fuertes dentro de la gama Fujifilm ya que me permiten solventar los problemas de situaciones de poca luz como puede ocurrir en las bodas.
Mi especialización en fotografía social. Reconocimiento y satisfacción
Creo que como en otras muchas profesiones el fotógrafo debe profundizar en una especialidad en la que se sienta más cómodo e inspirado para ofrecer una dedicación plena y poder enriquecerse en formación y empeño. Personalmente yo encuentro mi predilección en la fotografía de bodas, la cual considero ha evolucionado mucho de forma positiva. Me resulta muy gratificante cuando tengo la posibilidad de captar las emociones que se suceden en un día tan esperado y especial. Sabemos que esos recuerdos quedarán siempre latentes con el paso del tiempo, convirtiéndose en un legado que sin duda y sin esperarlo algún día serán su mayor riqueza.
Cuando una pareja de novios me elige para su boda porque les gusta lo que hago, experimento seguramente la misma sensación que un artista cuando vende su obra. Para mí, es mucho más que un negocio, significa una forma de vida, que me apasiona, que me hace sentir realizada, donde puedo expresarme como artista, con mi forma de entender la fotografía y donde explayo mi creatividad. Ser fotógrafa de bodas para mí es una bendición que me permite salir del estudio, conocer gente, viajar, descubrir lugares de ensueño, obras de arte, etc. permitiéndome sentirme viva, impulsándome a seguir absorbiendo, creando y soñando.
La importancia del trabajo en equipo
Trabajo en equipo, para mi es primordial contar con personas afines a mí, que me proporcionan seguridad y apoyo. Que con una simple mirada y sin palabras sepamos entendernos. Soy afortunada por tener compañeros y amigos que entienden y defienden esta manera de trabajar, por lo que cada una de mis fotografías de bodas, las siento como un trabajo de equipo y así seguirá siendo.
La influencia del fotógrafo en el transcurrir de una boda
Los fotógrafos tenemos un papel muy importante en el día de la boda. Cuando unos novios nos contratan quieren fotos bonitas, pero sobre todo profesionalidad y dan por hecho que contamos con experiencia en el sector. Es por ello que nuestra labor estará más allá que en hacer fotos. Seremos sus coaching, asesorando y dando pautas a seguir. Seremos los responsables de calmar los nervios de la novia durante los preparativos, de recordarle que se tiene que poner la liga, o al novio de decirle que no se le olvide el perfume. De crear un momento mágico pidiéndole al padre que le entregue a su hija el ramo, así la tendrá unos instantes para ella, para poder contemplarla y admirarla. Marcamos el tiempo, sabemos si el novio estará ya en el altar esperando para darle paso a la novia. Ella nos preguntará de que brazo agarra a su padre y nosotros le decimos que camine muy despacio, porque es su momento de gloria.
Cada consejo es parte de un guion estructurado que llevamos aprendido para lograr de una forma espontánea la tomas con más emoción y sentimiento de esa boda. Quizás ellos no son conscientes, pero cuando le damos el ramo al padre sabemos que en su gesto tendremos una fotografía con más esencia. Cuando la novia camina despacio al altar tenemos tiempo de captar al novio sorprendido y posiblemente con lágrimas de nervios y felicidad.
Empatizo con la gente, me gusta conocerla, crear vínculos y tratar cada pareja de forma especial. Quiero vender experiencias además de fotografías y me gusta cuando confían en mí, y me dan las riendas. Pongo en práctica mi guion y mi creatividad, contando su historia de la mejor forma que se hacerlo, gracias a mi cámara, visión y conocimiento, a través de mis fotografías. Siempre con el mismo destino, el hacer feliz a la gente y con un mismo origen, desde mi corazón.