Mi inicio en la fotografía fue en la ya avanzada era digital. Mi primera cámara fue una réflex, no era profesional pero sí lo bastante pesada para lo práctica que soy en todas las facetas de mi vida. En mis comienzos y con la pasión de la novedad, me la llevaba a todas partes pero con el paso del tiempo sentía cada vez más pereza el cargar con ella. Fue en el año 2014 cuando decidí cambiar de equipo y me decante por una cámara Fujifilm X-T1 con un objetivo Fujinon XF18-55 F2.8-4.0. Fue todo un descubrimiento poder llevar un buen equipo en un bolso sin notar peso ni preocupación. Siempre habría escuchado que el objetivo Fujinon XF18-55mm era algo práctico pero con pocos resultados, sin embargo, fue toda una sorpresa. Se ha convertido en un indispensable, si no tengo claro que voy a fotografiar me ayuda su versatilidad y calidad.
La fotografía documental es mi especialidad, fue sobre terreno cuando me di cuenta que este equipo no era sólo practicidad con el peso, sino la invisibilidad que me aportaba. En mi trabajo son muy importantes las imágenes de la vida cotidiana, donde lo fotografiado no sea consciente de mi cámara y así poder conseguir la imagen más natural. También es muy importante en los retratos directos, donde el sujeto no se sienta intimidado por la cámara. El tamaño de este equipo me aporta naturalidad en las imágenes y me permite trabajar con mucha discreción. Mi siguiente adquisición fue el objetivo Fujinon XF35mm F/1.4, buscaba un objetivo luminoso sobre todo para retratos y los resultados fueron asombrosos, me gusta la luz que capta, el desenfoque y lo pequeño y manejable que es.
En el año 2017 decidí cambiar de equipo y adquirí el cuerpo de Fujifilm X-T2, para ese año el mundo mirrorless había proliferado pero mi experiencia era muy positiva por lo que decidí no cambiar de marca. Las mejoras fueron muy satisfactorias. Tener dos ranuras, sentirla más compacta y sobre todo la mejora de un enfoque más rápido y manejable mediante un joystick. Todo esto a cambio de poco aumento de peso y tamaño, casi inapreciable. Con el nuevo cuerpo incorporé una lente Fujinon XF23mm F/1.4, la que se ha convertido en mi favorita, me solucionaba los retratos cuando hay poco espacio y los detalles tenían mejores resultados que con el Fujinon XF35mm al poder capturarlos desde más cerca.
Mi trabajo trata sobre las minorías étnicas en los países bálticos, a los que viajo en invierno, por lo que era fundamental tener un equipo resistente y que me diera confianza. He trabajado a -18 grados, nevando y lloviendo, he visto como sobre mi equipo se formaba una película de hielo y nunca he tenido ningún problema, lo único ser previsora y llevar una batería de repuesto. También he trabajado en espacios con mucho polvo, en climas áridos con caballos y mi equipo no ha sufrido ningún problema de suciedad interior.
Aunque el mayor peso de mi trabajo es la fotografía documental, también realizo fotografía social, eventos, familias, en exteriores y en estudio y en todas las disciplinas el equipo se ha adaptado a la perfección.
Mi último trabajo realizado, Archipiélagos, enteramente realizado con equipo Fujifilm, primero con Fujifilm X-T1 y luego con Fujifilm X-T2. He obtenido perfectos resultados, actualmente en formato exposición con copias hasta 70 cm con una calidad impecable, también se ha publicado en formato libro y los resultados obtenidos sobre papel han sido inmejorables.
Y como la fotografía también es un juego me encanta la función de poder hacer fotos panorámicas, de doble exposición y jugar con los filtros avanzados, una buena excusa para jugar con la herramienta de trabajo.
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[…] Desde el 2014, Ire Lenes trabaja con la Serie X. Ha comentado su experiencia con las cámaras Fujifilm en el blog oficial de la marca. […]